
Cortometraje de Will Hoffman y Julius Metoyer.
La gente suele confundir el concepto de pornografía y erotismo, por lo mismo, no saben separar estos conceptos y se mal interpretan, son mal vistos y no son valorados.
La pornografía nos muestra el acto sexual explícito, no hay una trama, una historia, algo que nos conmueva. El único objetivo es excitar al público, nada más.
En cambio, el erotismo nos quiere llevar mucho más allá, nos quiere transportar, a través del cuerpo humano como manifestación artística, a un lugar lleno de sensaciones.
La música que acompaña también nos ayuda a sentir con un ritmo que combina muy bien con cada plano del cortometraje.
Cada escena de sexo en Lover es totalmente real, los directores del cortometraje quisieron que las tomas fueran mucho más íntimas y no fingidas, para que el espectador lo sintiera cercano y se identificara con los personajes.
Como dicen sus directores: “los ve definiendo la esencia del acto sexual en su forma más verdadera”.